las acacias de mi infancia
cuando el PRANA circula en armonía las memorias dulces regresan, y las acacias florecen
“Inhala y Dios se acerca. Mantén la
respiración, y Dios permanece contigo. Exhala, y tu te acercas a Dios.
Mantén la exhalación, y entrégate a Dios. “
T. Krishnamacharya”

la sonrisa es la expresión de la respiración consciente y la unión con Dios. imagen por @bienastrala
nací y crecí en Valencia, Venezuela. la urbanización donde 27 años de mi vida transcurrieron fue nombrada Las Acacias - asumo que para honrar el desfile de árboles de Acacia que adornaban la isla central de mi pequeño pero muy lindo y limpio barrio. el color naranja entró a mi vida desde que la luz comenzó a penetrar por mis ojos. naranja, color que tiñe la flor de este árbol. las sombrillas de tallo grueso, ramas largas y altura intermedia se abrían con elegancia regalándonos sombras (que se proyectaban metros a lo ancho y a lo largo), y frescura durante las horas más severas del día. el piso de la calle se convertía en una alfombra mágica de pétalos aún frescos, no tan dormidos, sobre los cuales caminaba desde la casa de mis padres hasta la casa de mis abuelos
esta visita o escapada era un vuelo. vuelo desde y hacia los sueños que todo ser humano atesora. sueños de los sueños del pasado, sueños que todavía no se han alcanzado, sueños del sueño que en el presente vivimos
maleta en mano. desde mi casa bajaba andando. en el otro extremo de la cuadra vivían estos dos seres que influyeron en mis primeros años de crecimiento. la casa de ellos, mi castillo, mi refugio, también mi boleto hacia las aventuras mágicas de una claudia niña que vive en otra dimensión y me acompaña y cuida de mi aún - una chiquilla que me devolvió la práctica de pranayama
escapaba de la rutina
salir con esa maleta de mimbre en mano - llena de cuentos - representaba lealtad a mi espíritu - independencia y rebeldía
tenemos el deber de hincarnos e inclinarnos ante nuestro espíritu. dejar que el nos guíe y confiar incluso en los infortunios por los que nos obliga atravesar
la casa de papaviejo y mamafina era muy grande, tanto en terreno como en construcción. en ella me perdía, no físicamente - me perdía dentro de mis historias. suelo perderme todavía dentro de las historias que mi imaginación crea. pero las historias dulces de mi infancia no las recordaba. hacía mucho esfuerzo por buscarlas dentro de mi. ha sido casi nostálgico y trágico el hecho de no recordarlas por tanto tiempo. tal desesperación era porque en mi existía la esperanza de haber vivido una infancia feliz, la cual no recordaba. aunque un susurro me decía que esa etapa de mi vida había estado cargada de risas, ternura, historias fantásticas, mucho amor, lindas travesuras y aventuras
busco el domingo dentro de cada día de la semana porque el domingo me obliga a bajar las revoluciones y respirar sabores y oler colores, a mirar sonidos y escuchar visiones. aaahhh y como no voy a querer vivir un instante tan sin sentido cada día. como esos días perdida entre los cuartos, paredes, escondites, sobre la mata de mango, detrás de las puertas, juntando piedras y hojas secas, buscando golosinas en la bodega de Don Pedro. no pude haber tenido una infancia más libre y feliz
yo te dije que los domingos te iba a escribir unas lineas cargadas de flores de acacia y poesía. lo que me recuerda que no prepare un bocadillo especial para compartir esta lectura junto a ti. uy se me olvida que no estaremos juntos cuando me estés leyendo. si tan solo eso fuera posible! que ganas de mirarte por un guequito cuando me estés leyendo. tal vez escondida detrás de algún estante o cojín de la estancia donde te encuentras. de peque jugaba a encogerme. quería entrar por los espacios mas estrechos a husmear dentro de la vida de los pequeños insectos. cosa tan rara no? un día moví la nariz muchas veces con la ilusión de que mis deseos se hicieran realidad. jura que lo que vas a leer ahora quedará entre los dos? todavía muevo la nariz but shhhhh es un secreto. y sabes? a veces pero solo a veces - cuando agito la nariz - los árboles se agitan de más, la luz entra más potente, recibo alguna señal y hasta consigo volar. la niñez me marcó bonito y aunque durante un tiempo no recordaba nada de esas páginas de mi historia, hoy ya lo recuerdo todo
sabes cómo ocurrió? practico algo llamado Pranayama but shhhhh no lo digas ni comentes porque los libros mágicos dicen que estos poderes no se pueden usar para beneficio propio. yo les juro con solemnidad que no lo hago. lo que ocurre es que ahora estoy más feliz, alegre como cuando era una nena y eso considero que debo decírtelo. por que, quien no va a querer ver a una mujer abrazando a su niña interior y dejándose guiar por ella?
cuenta cuantas veces te recuerdas a ti mismo viviendo ese momento feliz de tu infancia en el cual las fantasías se mezclaban con la realidad
durante unos años me parecía una tontería hablar de mi infancia. fuí muy dura conmigo. sostuve una posición estoica y vehemente construida desde el miedo pero yo hoy diría que más desde la molestia que sentía al ir creciendo e ir sintiendo que esa niña libre y feliz iba perdiéndose en un bosque denso de miradas, condiciones y correcciones. nada podía suavizarme menos aún endulzarme. que pereza la madurez y seriedad, estas me secuestraron por demasiado tiempo

el pranayama me regresó a la vida. imagen @obermudezfotografia
no hay memorias perdidas, no existe tal cosa como memorias perdidas
con mucho amor,
clau
pd: que sea un dulce domingo!